Siempre intentamos buscar una vía de escape, un momento en el que no importa nada, donde te dejas llevar, donde eres tú mismo… algunos la encuentran en el baile, en el teatro, en los deportes, cantando, gritando, bebiendo, fumando, escribiendo… según las preferencias de cada persona, al fin y al cabo todos buscamos y terminamos encontrando ese momento.

Puedo decir que mi vía de escape eran tus consejos, ese momento que compartías conmigo en el departamento de catalán, pero por desgracia esos momentos no volverán, ¿se mantendrán vivos en mi recuerdo? Sí, pero no volveré a tener uno contigo. Me conformo con recordarlos cada vez que paso por los pasillos del instituto, puede que parezca absurdo pero tu ausencia sigue ahí y no creo que se marche… muchos echan de menos verte, escucharte, abrazarte, tus clases, leer tus artículos, pero realmente lo que añoro es saber que estás vivo.

Seguramente no son las palabras ni el idioma que tú escogerías para un artículo, pero tu partida me enseñó muchas cosas, otra perspectiva de la vida… aprendí a ser yo, a no rendirme.

Como le escuché decir al doctor Narcís Bardalet en su conferencia de Conviure amb la mort: La dama misteriosa és inoportuna, porque cada rincón de Girona te recuerda y en cada celebración de nuestra ciudad se siente tu presencia, porque tu alma, tu esencia sigue con nosotros.

Nancy Gabriela Velásquez és alumna de primer de Batxillerat a l’Institut Santa Eugènia,
i li dedica aquest article a en Jordi Vilamitjana, quan -avui 9 de novembre- fa sis mesos que ens va deixar